Pedro, que mató a la que más amaba

Caso real de sanación en el Centro Alsia, a través de una regresión a vida pasada

Te presento a Pedro, un chico, un señor, que vino al gabinete para comprender y sanar la conflictiva relación que tenía con una de sus hijas. Estaba casado, tenía dos hijas y llevaba una vida apacible y con consciencia. Con la esposa había armonía y comunicación, al igual que con la hija pequeña; era la mayor la que le preocupaba. Fue un embarazo deseado y feliz, una gestación y un parto donde se implicó como padre, todo era perfecto hasta que la vio al nacer y se dio cuenta de que no le gustaba mucho. Nada más verla, sintió algo raro que no podía definir, que seguía afectando a su relación.

En el momento de la consulta la niña tiene 17 años y el padre se da cuenta de que no la trata bien y no lo puede evitar: su nivel de exigencia con ella es mucho más alto que con cualquier otra persona, no puede confiar en ella, siempre sospecha lo peor y se enfada constantemente con ella. En la medida en que la niña se está haciendo mayor y aprende a defenderse contraatacando, la relación se ha emponzoñado mucho y ha llegado la hora de atender ese conflicto, de limpiar el “chapapote”, ese cúmulo de malos pensamientos y sensaciones desagradables que le impiden disfrutar de la relación filial.

Tras charlar un rato, hacemos una regresión donde pedimos a su alma que nos muestre la causa de ese conflicto. Lee, si quieres, el siguiente enlace para saber más sobre lo que es una sesión de regresión terapéutica: https://www.centroalsia.com/regresiones-a-vidas-pasadas/

Dentro de la regresión, se ve viviendo en una cabaña junto a un río, en una época donde no hay electricidad y el fogón de la cocina es de leña. Su esposa es preciosa y alegre y son inmensamente felices. Pero empieza a darle importancia a las miradas de deseo que le dedican otros hombres del pueblo, sobre todo cuando baila y canta en las fiestas. Como a ella no parece molestarle que le miren y le halaguen, él empieza a sospechar… hasta acabar enajenado por los celos. La controla y la sigue y le reprocha cualquier conducta que considera inadecuada. La relación, lógicamente, se resiente y la oscuridad penetra en sus corazones.

Ahora que vemos todo el cuadro emocional, le pregunto a Pedro si reconoce esas emociones en la vida actual y sorprendido dice que sí, que eso es exactamente lo que siente por su hija, aunque con la salvedad de que no es una relación de pareja sino de padre e hija.

Es la primera vez que Pedro es consciente de lo que realmente siente por su hija.

Es la primera vez que se reconoce a sí mismo los celos y la desconfianza que siente por su querida niña, el miedo a que le abandone, la culpa que sentía y que no sabía de dónde venía las tiene ahora delante… Es muy feo sentir todo eso por alguien a quien amas, sobre todo cuando no te ha hecho nada. Por lo que, inconscientemente, Pedro había escondido esas emociones concretas de celos, inseguridad, culpa, miedo y rabia en el fondo de su corazón, porque no las quería ver, y en su lugar había aparecido un “chapapote” difuso que ensombrecía su relación, un no sé qué que le impulsaba a ser más crítico con ella. Pocas más palabras se había atrevido a usar para describir lo que le pasaba con su hija, hasta que se vio en esa vida pasada.

Pedro consiguió permitirse sentir todo eso en la vida de ese esposo celoso. Es una de las maravillas de la regresión, te permite conectar con las emociones de la vida actual desde la distancia de una vida pasada…

Avancemos en aquella vida: volvemos a la regresión y vemos que termina de una forma trágica. En una discusión especialmente cruda, él coge un puñal y mata a su mujer, casi sin querer, de pura locura de celos y miedo de que lo abandone. Jamás se perdonará a sí mismo haber matado a la que más quería y sus días terminarán pronto, en medio de una profunda depresión y sensación de culpa.

Las emociones y sentimientos que tenemos al morir las arrastramos al otro lado. Si son trágicos o traumáticos, lo normal es que sigan con nosotros en la siguiente encarnación, para intentar sanarlas aquí, en la Tierra. Muchas veces, las almas involucradas en el conflicto pactan volver juntas para sanar su karma respectivo, como en el caso de Pedro. Así, esa pareja enamorada que no supo enfrentar esos celos e inseguridades, había pactado volver como padre e hija para ver si, ahora sí, conseguían respetarse y confiar el uno en el otro. Con el desafío de que había parte de ese resentimiento, esa culpa y esa desconfianza que seguían instalados en ambos corazones.

En principio, hay un “pacto de olvido” cuando renacemos en la siguiente vida. Lo normal es no acordarse de los conflictos que tuvimos con esas almas en las vidas pasadas, pero sí que podemos conservar las emociones que tuvimos. Se olvidan los hechos, pero no las emociones. Suele ser algo voluntario el que volvamos a reencarnar juntos, y solemos hacerlo por la esperanza de hacerlo mejor en la nueva ocasión.

 

La historia termina ahí, pero no el trabajo terapéutico:

Dentro de la propia regresión, mediante las técnicas que empleamos, Pedro pide perdón a su esposa y, sobre todo, consigue perdonarse a sí mismo y alcanzar una comprensión de cómo podía haberlo hecho mejor en aquella ocasión. Toma consciencia de la falta de confianza y comunicación que había habido y decide que no se vuelva a repetir en la vida actual.

Gracias a la regresión, Pedro ha podido darle un sentido a todo lo sentía por su hija y, de esta forma, ha podido trascenderlo, dejarlo atrás.

Como resultado, confío en que su relación en la vida actual haya mejorado, y que la hija también se haya relajado en relación a su padre, aunque siendo honesta solo puedo decir que pasados unos meses estaban mejor, pero no sé más detalles.

Te he mostrado un caso que fue rápido y descriptivo, impactante por la historia y su resultado. No nos llevó más que unas pocas sesiones, creo recordar que solo dos.  Puede que tu caso sea igual de rápido de sanar.

Si crees que te puedo ayudar, pide cita por WhatsApp (haciendo clic en el botón verde) o llámame al número de teléfono que figura en el pie de la página. Estoy en Vitoria-Gasteiz, Euskadi, y también atiendo online, será un placer atenderte, también en euskera.

Gracias por estar ahí, bella alma lectora 💛

Libera el inconsciente, ese espacio profundo, lleno de luces y sombras.

Da luz a las sombras, para que se disuelvan en el Amor y el Perdón.

Si quieres sanar heridas o desbloquear obstáculos, contacta comigo, ¡libérate! 🌻

 

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