Consuela a tu niña herida, a tu niño herido

Si te sientes mal, deseas dejar de sentirte así. Obvio. Lo normal es cambiar de tema, poner música, enfrascarte en una peli, salir a la calle, llamar a una amiga, lo que sea para dejar de pensar en eso y, así, dejar de sentirte mal.

Pero te has dado cuenta de que, en realidad, eso no funciona. Dura bien poco. No importa quién, no importa cómo, volverá a pasar algo que te haga sentir igual.

Así que te propongo una estrategia completamente diferente. Atiende a tu sentir. Escúchate. Ya que sientes lo mismo una y otra vez, mira a ver si puedes hacerle caso a esa emoción, ver de dónde viene y si tiene algún mensaje para ti.

Para hacer eso, para “escuchar a la emoción”, lo primero es saber de qué se trata: ¿podrías decir exactamente de qué emoción se trata? Rabia, indignación, frustración; pena, confusión, añoranza; odio, rencor, envidia; hay tantas emociones, tantos matices… busca un listado de emociones en la web y prueba a afinar, concreta lo que sientes.

¿Sabías que las emociones se esconden unas detrás de otras? Por ejemplo…puede que detrás de la rabia haya miedo a perder, o detrás de la pena haya una sensación de sentirse humillada. Es un poco laberíntico, o como las capas de una cebolla. Somos seres complejos. Pero no desistas, este viaje que te propongo merecerá la pena.

La segunda fase del viaje consiste en recordar momentos diferentes donde hayas sentido lo mismo. Si le dedicas el tiempo suficiente, si te permites cerrar los ojos y concentrarte en buscar otros momentos en que hayas sentido lo mismo, aunque la situación no se pareciera en nada, te irás enseguida a la infancia, o como mucho, a la adolescencia. A que sí, haz la prueba.

Supongo que con hacer el ejercicio hasta aquí ya habrás aprendido un par de cosas. Por ejemplo, que si acabo sintiendo “eso” una y otra vez y si ya lo sentía en la infancia, que debe ser como una fijación, o un trauma, algo sin resolver. O que estoy reaccionando a los sucesos actuales con una mirada antigua, como que no veo la realidad tal cual es, sino con las gafas de la niñez.

Yo diría que estás en regresión, no a vida pasada, sino a la propia vida en la infancia, pero que estás volviendo una y otra vez a recrear una emoción antigua, porque está sin integrar, como si tuvieras una herida abierta. Como si tu niña interior, tu niño interior, te gritara ey…que me estoy sintiendo así y no me haces ni caso…

Dicho sea de paso, una regresión te puede ayudar a saber de dónde viene esa emoción recurrente y te puede ayudar a sanar.

También te puede ayudar hacer este ejercicio:

✨Imprime el pdf, el de la niña o el del niño, y tenlo a mano.

✨Elige un momento del día donde puedas estar sola y tranquila y, tal y como hemos dicho, describe la emoción, ponle nombre.

✨Recuerda momentos diferentes donde hayas sentido lo mismo. El ejercicio está preparado para que trabajes alguna emoción relacionada con el miedo, pero sirve para esa emoción que estás pensando.

✨Cuando ya estés bien llena de esa cosa tan desagradable que tratabas de evitar, lee el pdf y permítete conectar con tu niña interior, te está esperando.

Puedes hacer el ejercicio tantas veces como quieras, solo te aportará alivio y reconocimiento. 

 

*** * * * *  *  *  *  *  *  *  *   *   *    *     *    *  *  *  *  *  *  *  *  * * * * * ***

La niña herida Descarga

El niño herido Descarga

*** * * * *  *  *  *  *  *   *   *    *     *    *  *  *  *  *  *  * * * * * ***

Dime cómo te ha ido, si has conectado con la niña, el niño, si te ha reconfortado el ejercicio, será un placer atenderte

*** * * * *  *  *  *  *  *   *   *    *     *    *  *  *  *  *  *  * * * * * ***

 

Puede que también te interese:

Abrir chat
1
¿puedo ayudarte?
Hola, ¿puedo ayudarte?