La psicomagia es la capacidad que le damos a los objetos ordinarios para provocar movimientos energéticos.
Enseguida te cuento un caso real reciente; primero te explico un poquito de teoría:
Un acto de psicomagia es un ritual donde le das valor a un objeto o una acción ordinarios y les haces trabajar para ti. Es una forma de dar valor simbólico a algo. Por ejemplo, cuando barres el piso piensas “así barro las impurezas de mi mente” y te concentras en el acto de barrer mientras tienes presente que, en “realidad”, estás transmutando las emociones y pensamientos incómodos que revolotean por tu mente. Y funciona.
Un funeral también es un acto psicomágico, porque le estás dando un tratamiento a un cuerpo sin vida que te permite despedirte de ese ser querido, que ya no está ahí, y quedarte en paz. Además, le sirve a la persona que se ha ido a desapegarse de esta vida e ir en busca de nuevas aventuras.
Estos actos simbólicos son tan variados como la imaginación que tengas y su eficacia depende de la convicción que tengas de que funcionará. Porque el valor simbólico que tú le otorgas es lo que le da poder al acto.
Por eso, es imprescindible que los actos psicomágicos sean coherentes con la cultura, formación o creencias de la persona que los va a realizar. A nosotras, occidentales, no nos resuena nada pedirle a Avalokiteśvara que nos ayude a perdonar a alguien, incluso aunque supiéramos que es la deidad budista de la compasión. Sin embargo, muchas personas sentimos que orar a la Virgen María o a Jesús sí que nos ayuda.
Las personas que no tienen creencias religiosas o que se consideran ateas encuentran en la psicomagia una forma de invocar a un poder superior a sí mismas sin tener que enfrentarse a sus creencias o a la falta de ellas.
Un acto de psicomagia que prescribimos en el Centro Alsia son los funerales simbólicos. Independientemente de las creencias de cada persona, es posible despedirse de alguien fallecido para liberarnos de culpas, miedos o tristezas asociadas con él.
Por ejemplo, hace poco vino al Centro Alsia una mujer mayor con graves dolores físicos que quería saber el origen simbólico de su enfermedad: a través de una hipnosis ligera, la señora vio claramente que la enfermedad era un recordatorio de un aborto voluntario al que se tuvo que someter hacía muchos años. En ese momento, se dio cuenta que últimamente pensaba mucho en aquello y que eso sucedía desde que se le habían intensificado los dolores.
Le prescribí un acto de psicomagia, para que así, le hiciera una despedida, honrara su memoria, le pidiera perdón y le agradeciera su participación en la vida. Las instrucciones concretas en este caso fueron:
💖 Ponle sexo y nombre a esa criatura, dale existencia, escríbele una carta y cómprale alguna ropita de bebe, aunque sea un babero o un chupete. Mételo todo en una cajita de cartón o tela e introduce también semillas o flores o unas gotitas de miel. Y entiérralo en un lugar que sea especial para ti. Un lugar que no veas cada día, pero al que puedas volver de vez en cuando. Y pídele a la Tierra que transmute todo eso en Amor, para que ambas, la criatura no nacida y tú, podáis recuperar la paz 💖
Así lo hizo y sintió un gran alivio, ya no volvió a pensar compulsivamente en aquello. Un dolor se soltó desde lo más profundo.
Otro día te explico las características que debe tener esa carta y la razón de las semillas, las flores y la miel.
Gracias Jodorowsky por inventar esta palabra, tan necesaria en nuestra cosmovisión.
Si quieres sanar heridas o desbloquear obstáculos con actos de psicomagia, contacta comigo, feliz vida!! 🌻
